A lo largo de gran parte de su vida, este perro llamado Arkin estuvo en una perrera pública en Rumania. El perro pasaba todo el tiempo en una perrera pequeña y sucia. Estaba por debajo de su peso y cubierto de cicatrices y heridas.

También tenía una infestación de pulgas. El pobre perro había perdido la esperanza de ser rescatado; ni siquiera ladraba ni lloriqueaba cuando la gente pasaba por su jaula. Por la mirada en sus ojos, estaba claro que estaba sufriendo.

Finalmente, alguien vino a salvarlo: un trabajador de la organización de rescate de animales Howl Of A Dog.

Cuando el rescatista llegó por primera vez a su jaula, Arkin no hizo ningún ruido, parecía que no podía creer que alguien estuviera allí para verlo. Arkin se quedó callado cuando su salvador lo sacó de su perrera y lo llevó a las instalaciones de Howl Of A Dog.

Arkin estuvo tranquilo mientras sus rescatistas le daban un baño para deshacerse de sus pulgas. Y después se quedó callado mientras comía lo que le dieron sus rescatistas.

En Howl Of A Dog trabajaron con Arkin tratando de sacarlo de su caparazón. A medida que empezó a sentirse más cómodo, se volvió menos reservado, y su verdadera personalidad juguetona salió a la luz.

Arkin comenzó a jugar en el patio del centro de rescate, saltando a través de la hierba y cavando en la arena. También se hizo amigo de algunos de los otros cachorros de Howl Of A Dog.

Cuando Arkin estuvo bien de salud, Howl Of A Dog comenzó a buscarle un hogar. Buscaron por todas partes la casa adecuada para él. Finalmente, encontraron el lugar perfecto. En enero de 2018, Arkin se fue a su nuevo hogar en New Hampshire.

Arkin ama absolutamente su casa y a su familia. Pasa su tiempo caminando por hermosos senderos a través de los bosques y jugando con los nuevos dueños. Cuando está cansado, toma siestas en su propia cama.

Arkin tuvo un comienzo difícil en su vida, pero ahora está en una casa maravillosa con dueños que lo aman más que a nada.